Por otro lado la relación A-C era de sangre, de esas relaciones que no eliges, que simplemente naces y esa otra persona está allí, A-C comparten el amor de una madre y de un padre, misma casa, mismos apellidos, mismas creencias, mismos ideología y lo comparten todo.
Un día “A” se entera de la verdad y decide terminar su relación amorosa con “B”, pues “A” no comparte ese pensamiento, ni la traición de la relación B-C, “B” trata de aclarar y de pedirle perdón a “A” y le suplica intentar nuevamente estar juntos, a lo que “A” se negó, no deseaba ser partícipe de tal mentira. Más allá de la traición de su pareja “B” lo imperdonable era la traición de su sangre “C”, la relación con “C” humanamente no la puede terminar, son lazos muchos más fuerte y la fraternidad está presente.
En su afán de mantener todo bajo telón, “B” le pide a “A” verse en su sitio habitual, y que si “A” no cumple con la cita, “B” acabaría con su propia vida, la hora pautada 3 de la tarde, “A” que ya poco le valía lo que hiciera o dejará de hacer “B”, se olvido de la cita, y como a las 3 y 45 minutos, decide asistir al encuentro, al llegar “A” se percató que “B” cumplió su promesa y atento contra su vida, ahorcándose en esa área común , y sitio publico sin importarle nada.
Todas las muertes son lamentable, y más esas muertes en donde el occiso decide su fin, “A” quedo inmóvil, con un sentimiento de culpa, ya que de llegar 45 minutos antes podría haber detenido tal desgracia. “C” al enterarse de lo ocurrido agredió de manera emocional a “A”. El dolor de “C” era mucho mayor que la culpa de “A”. Pues después de 9 días de llanto, dolor, ausencia, “C” decide hacer lo mismo que “B”, ahorcarse en su cuarto con la foto de “B” en mano. Ahora el dolor de esta chica es desgarrador no solamente por la pérdida de su novio sino por la pérdida de su hermano.
Hoy la verdad de “B” y “C” está en boca de todo el mundo, pero lamentablemente ellos no pueden disfrutar de ser quienes son. El temor de ellos es hoy el sentimiento de culpa ella.
