lunes, 2 de agosto de 2010

MI TEORIA



Tengo días dándole a mi cabeza, para buscar el origen de porque los seres humanos últimamente somos tan impacientes, mi análisis no está basado en ningún erudito de sociología, psicología ni ayudante espiritual, sólo es una loca de carretera que lo que no sabe lo inventa y en muchas ocasiones acierta – puede ser que está vez no corra con la misma suerte – lo cierto es que intentaré dar mi teoría empírica.

Nuestra impaciencia se debe a la tecnología, ¡Si, leyeron bien! estos aparatos que nos hace co-dependiente de estar en línea todo el día, el que más tiene responsabilidad es el móvil o teléfono celular, este pequeño aparato es tan incondicional que cuando sentimos el mundo se nos viene abajo, es porque el mismo no tiene batería, no tiene saldo o simplemente no hay cobertura.


Para comprobar mi teoría de lo impaciente que somos les daré un ejemplo de la situación más común: Si cuadramos vernos con una persona en un lugar, hasta no vernos seguramente le enviamos de 3 a 4 mensajes de textos o efectuamos un par de llamadas, para verificar que estará en el lugar establecido, porque nos aterra esperar unos minutos más, y peor aún en mucho casos ya entrando al lugar y camino al punto de encuentro, llamamos y vemos como la persona contesta y viene la frase, “Puedes colgar ya te estoy viendo” . Está teoría perfectamente cualquiera la puede desmentir, pero no pueden desmentir el hecho de estresarnos cuando no nos contestan el celular o no responden los mensajes de textos.


Otro ejemplo retórico que podemos comparar con la actualidad y verán la diferencia, si nos vamos a 15 años atrás cuando estos aparatos no era tan usados. Si una persona se le averiaba el carro en plena Ribereña o cualquier avenida o carretera del mundo, está debía esperar que alguna alma de Dios se apiadará y llamara de algún teléfono público y está avisará a su mecánico y/o familia, el conductor en teoría esperaba pacientemente y en su mente estaba que perdería el día completo, hoy en día nos accidentamos llamamos desde nuestros móviles y ya a los 15 minutos miramos la pantalla a ver si recibimos algún mensaje de la persona que nos auxiliará, no conforme con eso enviamos mensajes impacientes como quién no quiere la cosa: “¿Dónde vienes? ¿Te falta mucho?”, el simple hecho de considerar que estando allí perdemos tiempo, nos aterra y nos impacienta, porque de cierta formas estas situaciones nos sacan de contexto, el ser humano de hoy le impacienta todo aquello que lo haga ver o sentirse fuera de lugar, situaciones que no podemos manejar, ya que la tecnología de una manera u otra nos hace sentir “seguro”.


Esta teoría tiene muchas grietas, una de ellas es el hecho que no todos tienen celulares, ni acceso a otros aparatos tecnológicos, pero de que la tecnología aporta su granito de arena a tan impaciencia, lo aporta, ella hace que con sólo pisar una tecla (Send, Searh e Intro) tengamos el mundo para nosotros. Obvio, también influye el carácter, el lugar donde nos desenvolvemos y la manera de cómo nos tomemos la vida.