Debo confesar que a los pocos días de haber llegado a Buenos Aires (BA) – Argentina, pensé en este país no durare mucho tiempo, ya que notaba ciertas cosas que no entendía, no entendía lo de tomar el sol en una plaza, no entendía porque el saludo entre hombres se hace con beso en la mejilla, no entendía porque la nafta era tan costosa, no entendía porque comparten el mate, no entendía que si el día tenía sol era lindo, no entendía la manera de acentuar palabras, no entendía el valor que le dan a los perros, no entendía lo importante de un asado, no entendía lo rico de una paty, no entendía lo delicioso de las facturas y medialunas, no entendía porque consumen tanto dulce de leche, no entendía porque a la piel de una fruta o verdura le dicen cáscara, no entendía porque el apodo de un Patricio es Pato, no entendía porque a los gay los llaman putos, no entendía porque cuando decía soy venezolana de una decían como Catherine Fullop, no entendía que no es obligatorio una cerveza friiiita, no entendía porque el ron es tan escaso, no entendía porque no hay harina de maíz, no entendía porque no sabían nada de béisbol, y sobre todo no entendía la pasión por el fútbol.
Adicional me hicieron entender que un quilombo es un problema, que una mina es una chama, que el bondi es un autobús y que no se monta se sube, que concha es el nombre vulgar que se le da a la vagina, que boliche es una disco, que hay tango y hay milonga, que no sólo existe el Boca y River, que ser cheto es ser sifrino y ser grasa es ser tierruo, que Mafalda no es una muñeca es una niña y todavía lloran por Eva.
En el poco tiempo que estuve por allá, entendí muchas cosas, agradezco a todas aquellas personas que me mostraron lo maravillosa que es su cultura, desde estas tierras del Caribe os envío un enorme abrazo de agradecimiento, esperando volverlos a ver algún día.
